Ilustración
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Raquel llegó dándole la bienvenida al año. Rodeada del verde de las colinas y las huertas de su pueblo sevillano, enseguida encontró en la naturaleza su inspiración para pintar. Creció llenando papeles y cuadernos con las flores y las hojas que brotaban de sus pinturas y pinceles. Hasta en la pared trasera de su patio crecían árboles pintados con piedrecitas de cal.

        Su tendencia a pensar en imágenes y colores la llevó al mundo de las Bellas Artes. Estudió en Sevilla donde su fantasía y sus emociones se impregnaron de las técnicas clásicas del dibujo y la pintura.

        En Italia completó su formación. Allí conoció estilos y conceptos diferentes con los que jugó y experimentó, incluyéndolos en sus creaciones.

        Dando clases a los niños descubrió de la ilustración infantil. O tal vez la ilustración la descubrió a ella… Así se adentró en un mundo en el que podía crear, mezclar y dar rienda suelta a las imágenes y palabras que invadían su mente. Sus monstruos fantásticos empezaron a cobrar vida y le ganaron la batalla a la seriedad de las musas.

        Ahora se dedica a esta pasión que le permite contar historias y transmitir lo que siente, sumergiéndose, a través de la experimentación, en un auténtico baile de colores, texturas y líneas.